He llegado a la conclusión de que los bebés se rebelan contra los adultos. Nos lo muestran día a día, minuto a minuto. No nos damos cuenta, pero ahí están ellos, luchando contra las normas, como adolescentes en plena explosión de hormonas. He intentado hacer una lista de momentos y situaciones que dan fe de ello:
1.- Da igual que tengas una cita con el médico, con tu dentista, con la matrona o con el mismísimo Rey de España. Justo antes de salir por la puerta y cuando ya vayas tarde, tu hijo/a se hará pipí o caca. Y no será algo discreto, no. Si quiere, traspasará hasta la funda del carro.
2.- Puedes estar muerta de sueño. Que tu hijo/a también lo esté. Que incluso lo hayas dormido después de varias horas de lucha sin cuartel. Que esté en el séptimo cielo, o en el undécimo. Que hasta ronque de gustito en tu regazo. Todo dará igual. Cuando lo eches en la cuna abrirá los ojos de par en par. Vamos, que más que una cuna parece la cama de clavos de un fakir.
3.- Tu bebé seguro que llora todas las tardes, como un loco, parece que sus pulmones tienen el tamaño de una ballena azul. Pero cuando tengas visitas, parecerá un bello durmiente. Tendrás que oír una y otra vez eso de: "pero si es tan bueno" "si es que os quejáis de vicio", "no es para tanto". Y lo único que desearás es que esas visitas vuelvan a las cinco de la mañana para que se enteren de lo que vale un peine.
4.- Darán igual todos los esfuerzos para que no se manche de leche cuando regurgite. Como si lo tapas enterito y verdadero con una manta zamorana. Él (o ella) encontrarán astutamente el único hueco libre que hay, y echará toda la leche justo por ahí. A mala leche, y nunca mejor dicho.
5.- Si el bebé no se rebela, entonces lo harán tus amigos y familiares más queridos. Si lo acabas de dormir después de un berrinche, alguien te llamará por teléfono. Si lo metes en la bañera y te pilla con la esponja, la toalla, salpicada de agua, el bebé llorando, tú sufriendo... alguien llamará por teléfono. Si lo estás cambiando, y el pañal se te ha caído al suelo, además vuelve a llorar, y se ha hecho pis en tu camiseta...alguien llamará por teléfono.
Seguro que tenéis más... ¡compartidlo!. Eso sí, que vuestros bebés no se enteren... son capaces de estropear el ordenador...
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