Para que el cuento surta efecto y nos deje ver la luz al final del túnel, el final tiene que ser positivo; el héroe tiene que lograr su propósito, el malo debe de ser vencido.
Eso sí, no hay que olvidar que una historia puede tener múltiples lecturas y significados que además encierran otros tantos, como las muñecas rusas.
Por si esto no fuera suficiente para animarnos a releer los clásicos, hay que añadir que esta terapia...¡¡también es válida para los adultos!!. Quién sabe...quizás en los antiguos Tres Cerditos, Blancanieves o Ricitos de Oro encontremos algo de consuelo para estos tiempos convulsos...
Para más información: www.cuentoterapia.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario