26 de marzo de 2012

LO TRIVIAL

Antes de que naciera mi hijo compré uno de esos diarios del bebé donde puedes apuntar anécdotas, pegar fotos, recortes y recuerdos varios desde su nacimiento. Pensé entonces que sería un buen regalo para cuando él fuese un poquito más mayor y una ocasión increíble para recordar en el futuro ciertos detalles que quizás se me olvidasen con el paso de los años. Sin embargo no han hecho falta años, tan sólo cinco meses y algunas cosas... ¡parecen tan lejanas!. Y es que el tiempo vuela, se evapora, así sin más. Miro atrás y parece que fue ayer cuando nació, pero existen detalles, datos que uno olvida con cierta rapidez. ¿Cuando rió por primera vez? ¿Cuando agarró algo con sus manitas? ¿Cuando hicimos el primer viaje en coche?. Y es que lo importante de la vida se compone de los detalles más insignificantes, de una mirada intensa, de los abrazos que recibes y das, de olores que te recuerdan tu niñez, de lugares que visitas y recuerdas de por vida.
Estoy decidida a luchar contra el paso de los años y el olvido, así que me he propuesto abrazar a mi hijo todo lo posible, mirarle y remirarle para recordar su sonrisa, besarle y besarle, olerle, disfrutar de él todo lo posible. Eso será lo que nunca nadie podrá quitarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario